La piel es el órgano más visible del cuerpo humano y, por ende, uno de los mayores indicadores del estado de salud de una persona. Con tan solo prestar un vistazo a características como la tonalidad y textura, un médico puede hacerse una idea de los hábitos de una persona. Y, por supuesto, uno de los más sugerentes es el de exponerse al sol con frecuencia.
Con ello no nos referimos a los excesos de las vacaciones de verano o días de campo, sino incluso del día a día. Porque, aunque pocos lo crean, la protección solar, basada en la evasión de rayos y el uso de productos específicos,debe mantenerse en todo momento. Así que, como proveedores de estos cosméticos, nos tenemos la responsabilidad de orientar al público respecto a su importancia.
Seguramente muchos se habrán sorprendido al descubrir que la piel es el órgano más grande que posee el ser humano. Pero no solo su extensión es impresionante, sino las funciones que cumple en nuestro organismo. Porque, en efecto, es una especie de cubierta de las zonas internas y más sensibles de nuestro cuerpo. Y, por consiguiente, su principal tarea es protegerlas del sol y otros agresores.
Y no es para menos considerando la cantidad de agentes nocivos a los que nos exponemos diariamente, sin importar el entorno en que vivamos. En primer lugar, patógenos por doquier, presentes tanto en entornos rurales como en urbanos. Asimismo, la contaminación ambiental, que además de microbios, la expone a sustancias tóxicas. Y, por supuesto, la radiación y nuestro atento amigo: el sol.
Por supuesto, existen otras funciones poco conocidas de la piel y que ameritan atención especial a su cuidado. Entre ellas, la regulación de la temperatura corporal, sin la cual sería muy difícil alcanzar nuestro apreciado nivel de comodidad térmica. Además, controla la pérdida de agua, lo cual impide que nos deshidratemos, un mecanismo indispensable para los días de mucho sol.
Por si fuera poco, también es un actor importante en la síntesis de vitamina D; recordemos que nuestro cuerpo, al entrar en contacto con el sol, puede producirla por sí mismo y disfrutar de sus beneficios. Y, finalmente, este órgano enorme y peculiar nos otorga nada menos que el sentido del tacto. Gracias a ella, podemos percibir las diferentes texturas que nos rodean.
La exposición al sol, de manera moderada y controlada, es muy beneficiosa para nuestra salud. Aunque pocos lo noten, algo tan simple como salir un rato cada día y recibir sus rayos puede mejorar nuestro estado de ánimo rápido. Esto especialmente durante las estaciones más frías; incluso es parte del tratamiento de lo que se conoce como trastorno afectivo estacional.
Los rayos del sol también cumplen otras funciones importantes para la vida humana. Por ejemplo, la síntesis de vitamina D, un compuesto necesario para la fijación del calcio que usan nuestros huesos;la producción de melanina que ayuda a protegernos de la radiación UV; mejorar la circulación sanguínea, la tensión arterial e incluso los síntomas de enfermedades como la psoriasis, el acné y el vitíligo.
A pesar de ello, estos beneficios no son excusas para exponernos de manera indiscriminada. Durante años, los médicos han advertido la importancia de la protección solar debido a los efectos potencialmente nocivos de los excesos. Entre ellos, el envejecimiento prematuro representado por manchas de tonalidad y extensión variable, así como las arrugas y la resequedad.
De igual forma, este hábito sin ningún tipo de protección solar aumenta el riesgo de enfermedades oculares y otras como el cáncer de piel. De hecho, un estudio de laAsociación Española contra el Cáncer (AECC), la mayoría de los casos de cáncer de piel se deben a hábitos de exposición inadecuados durante la infancia y juventud. Solo en España, la incidencia del melanoma aumenta un 10% cada año.
Con todo lo dicho hasta ahora, queda más que claro la importancia del uso diario de protector solar. Esta simple acción puede prevenir el envejecimiento de la piel (y todos los problemas que conlleva) y enfermedades muy difíciles de tratar. He allí la principal razón por la que promovemos su adquisición con un descuento de 10% en productos exclusivos para esta función.
Muchos de ellos ofrecen funciones adicionales a la protección solar. Por ejemplo, algunos tienen una textura adecuada para disimular las imperfecciones de la piel; otros están diseñados para pieles intolerantes a químicos, fragancias y conservantes, y para las pieles más frágiles; otros ofrecen mayor resistencia a la humedad. Entra en nuestra web y escoge el que más se adapte a tus necesidades.
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